¿Qué se considera tráfico de influencias en el ámbito empresarial?

Antes de empezar vamos a contarte algo. Imagina que una empresa consigue llevarse un contrato público prácticamente sin encontrar oposición.
Pero… se sabe que entre los directivos de esa empresa, concretamente uno, tiene, digamos que “buenos contactos” en la Administración pública.
Esta sucede, claro. Más de lo que creemos.
Pero, y si logras una subvención gracias a un amigo que trabaja en la administración pública.
Vamos a dejarlo claro, en ambos casos es delito. Pero además, el segundo es más gravoso y menos ético todavía que el primero.
Lo que sí está claro, es que en ambos casos estamos hablando de un delito de tráfico de influencias.
Es un delito tipificado en el Código Penal español, aunque muchas veces se ve camuflado como “favores entre conocidos”.
Si te han acusado, te están investigando o simplemente quieres entender cómo se tipifica este delito y a qué te podrías enfrentar si te decides a realizar esta “pequeña trampa”, aquí te lo explicamos.
Qué dice el Código penal sobre el delito de tráfico de influencias
En España, este delito está recogido en el Código Penal, concretamente en los artículos 428 a 430, y el proceso se tramitará, como todos los procesos penales en España, según la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
El tráfico de influencias se da cuando una persona usa su relación con un funcionario público o autoridad para conseguir una decisión favorable, normalmente para sí misma o para otra persona, a cambio de dinero, favores o ventajas.
Ojo con ese detalle, no hace falta que consigas ese beneficio, basta con que lo intentes.
¿Y en el mundo empresarial?
Aunque el Código Penal se centra en el sector público, este delito también puede aparecer en el ámbito privado. Vamos a ver ejemplos para que lo entiendas mejor:
- Un directivo influye para que se contrate a una empresa de un amigo.
- Se favorece a candidatos en procesos de selección sin criterios objetivos.
- Se usan contactos políticos para conseguir subvenciones o beneficios fiscales.
El denominador común es el uso indebido de la influencia personal o jerárquica para alterar decisiones que deberían ser imparciales.
Más ejemplos reales para comprender mejor este delito
A veces, los ejemplos valen más que mil artículos del BOE:
- Caso 1: Una empresa consigue contratos municipales porque uno de sus socios es cuñado del concejal de Urbanismo. A cambio, el concejal recibe regalos y viajes (aquí se dan más delitos a parte del de tráfico de influencias).
- Caso 2: Un alto cargo en una empresa pública interfiere en una licitación para que gane la empresa de un antiguo compañero de universidad.
- Caso 3: Un empresario presiona a funcionarios para paralizar una inspección de Hacienda a cambio de donaciones a una fundación (también se dan más delitos en este caso).
¿Qué penas tiene el delito de tráfico de influencias?
El tráfico de influencias puede parecer algo "típico del sistema", pero tiene consecuencias graves tanto para personas físicas como jurídicas:
Para personas físicas (cualquier ciudadano)
- Prisión de 6 meses a 2 años.
- Multas económicas.
- Inhabilitación especial para ejercer cargos públicos o funciones similares.
Para personas jurídicas (cualquier empresas)
Cuando se demuestra que una persona jurídica se ha beneficiado del delito, puede enfrentarse a:
- Multas (calculadas según la capacidad económica de la empresa).
- Prohibición de contratar con el Estado.
- Pérdida de subvenciones y beneficios fiscales hasta por 15 años.
- Disolución de la sociedad, suspensión de actividades o clausura de locales.
- Intervención judicial para proteger a empleados o acreedores.
¿Se puede prevenir?
Sí, y es más fácil y conlleva menos costes de lo que parece. siempre y cuando actúes con rapidez y con la máxima seriedad:
- Aplicar un plan de compliance penal con políticas claras contra la corrupción.
- Establecer protocolos de conducta y gestión de conflictos de interés.
- Crear canales anónimos de denuncia.
- Realizar auditorías internas y externas periódicas.
- Formar a empleados en ética empresarial y normativa penal.
Estas medidas no solo reducen el riesgo de delitos, también generan confianza en clientes, inversores y empleados.
Lo que no te conviene, en ningún caso, ignorar
El tráfico de influencias no es solo cosa de políticos y grandes empresarios. A veces se disfraza de “favor inocente”, pero cuando sale a la luz, las consecuencias son muy graves.
Si estás siendo investigado, no lo subestimes. Busca asesoramiento legal especializado.
Y si eres víctima o testigo, denunciar puede marcar la diferencia.
En definitiva, este delito mina la igualdad de oportunidades, la confianza en las instituciones y la ética empresarial.
Evitarlo o actuar a tiempo puede ahorrarte un problema muy serio… y muy costoso.
Prevenir siempre es más fácil y barato que remediar actos delictivos.
Sunkel&Paz: Despacho de abogados penalistas especializados en empresas.
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